miércoles, 20 de mayo de 2009

El señor Nunca

Hay gente que no son gente, que sólo son recuerdos. Como ese señor Nunca que acaba de salir por la puerta. Es posible que llevara una gabardina de un color indefinido, como pudiese ser el beige...Ese señor, el que acaba de salir por la puerta, nunca tomaba café, nunca leía el periódico y nunca hablaba con nadie. Descifraba emociones. Tenía una calculadora con antenas y medía las ondas de sentimientos que rondaban por los bares del centro. Hay días que gritos se convierten en abrazos, recelo en cenizas, miradas en besos y lagrimas en sal que no curan heridas. Hay días que el rímel hace dibujos de cansancio por las mejillas y el dolor se convierte en colillas. Hay días que no son días que son una eternidad de minutos, y juegan los gatos del sol por las paredes, son en otro idioma esos prismas de arco iris que provoca la luz cuando quiere. Hay veces que alguien sale por la puerta y sabes que nunca le vas a volver a ver. Por lo menos no en ese mismo disfraz. El señor Nunca se ha ido a medir emociones en otros países, o en su casa. Ese señor de la gabardina, que a primera vista no parece ser nadie en especial, ha tardado años en acercarse un poquito a todas esas cosas que no conocemos, ahora parece que empieza saber distinguir el amor de otros sentimientos.