domingo, 9 de enero de 2011

Un tango dulce

Hoy, igual que ayer, llueve en el mar. Tengo un paraguas azul y el camarero un mandil rojo. Son las once de la mañana y ya llevo tres cafés y un pequeño mareo. Pido un cortado del camarero del mandil rojo y le devuelvo en seguida el sobre de azúcar. Porque es engañarse ponerle dulce a algo que por su naturaleza es amargo, le explico con voz de niña buena y sin ironía. El camarero dice que solo uno mismo puede eligir tragar amargura o ponerle algo de dulzura a las cosas para suavizar el sabor. Es igual, la úlcera viene de todas maneras, le digo y le miro casi con desprecio. Sigue lloviendo en el mar, y me imagino el paraguas azul y el mandil rojo bailando un tango en el puerto.

Sumergida

Sometida a la noche,
sumergida en la suavidad vislumbrada por instantes
me dejo ser cuerpo que palpita a tu ritmo
Salvada por la oscuridad y la locura de la luna
me dejo ser ser salvaje
hasta que no puedo más.

Suspendida por mis propios juicios
me levanto, me ducho, me limpio las huellas de ti.
Sustituida por alguien que te sabe amar
me huyo de mi.

miércoles, 5 de enero de 2011

dibujar (hace tanto que no escribo...)


Soy dibujo sin rostro
Cada vez que me dejas empiezo de cero y cuento hasta cien y exprimo un esbozo sobre un lienzo en blanco
Esta vez con poco color
me pinto, inventando contornos donde creo entender que acabo yo y empieza
el mundo
luego cuando tocas la puerta casi siempre te dejo entrar
y otra vez somos Un cuerpo que llora
y las líneas flotan, los bordes no existen, los límites no permanecen
en este mundo
Y te cansas de nuestras lágrimas y te vuelves a ir
no sé dónde paras, dónde te pintas sin mi
Soy espiral sin rostro, sin ti
Me dibujo sobre un lienzo blanco
Mi mundo
es dibujo

de silencio y espera.

"Intimidades domésticas III" Flavia Gargiulo