domingo, 20 de julio de 2008

Ayer, hoy y mañana

Ayer
Y puse los pies en el suelo y noté el frío de la ventana que no cierra. Y miré el techo y conté las manchas verificando que no había ni más ni menos que el día anterior. Y empecé a hablar en el metro, les conté que de pequeña había estado viva, que había ido corriendo por el bosque en un país lejano, que había tenido una colección de moscas en botes de cristal, en un rincón del balcón de la casa del campo. Mirando el cielo buscaba figuras en las nubes y en verano llevaba una manta a la playa por si se ponía malo el día. Y galletas maría y limonada a una playa de piedras. Les conté que ya no sabía mi nombre pero que me gustaba cantar.
Hoy
Y a veces les canto y me bajo en la estación de Paseo de Gracia porque allí ya hay un señor que canta, tiene mi edad pues yo ya tengo 80 y los años han volado. Y cantamos juntos y yo a veces hago pasos parecidos a algún baile, la gente no nos mira, excepto una vez que nos aplaudió un chaval y me puse roja de la emoción.
Mañana
Siempre me decías que me querías más que ayer pero menos que mañana. Y esos mensajes los guardaba, hasta el día que me robaron la memoria. Y tengo notitas por toda la casa para acordarme de mi nombre, y de peinarme, y de tomar el café con croissant que me gustan tanto. Y mañana iré a comprar, cosas dulces, los boniatos del otoño y algo de sol. Porque ya viene el invierno y hará frío, y recordaré muy a dentro como nos solíamos abrazar y salir juntos a tomar el aperitivo en la plaza que estaba delante de aquella casa que era nuestra.

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