viernes, 24 de enero de 2014

una fotografía

Cada instante cambia el cielo, las nubes se mueven en cámara lenta, el sol se esconde, vuelve a aparecer y se refleja en el agua. Trescientos metros de profundidad, un pájaro silba, un gato salta, un grillo responde al sonido de las olas. La montaña no se mueve. Mis dedos bailan. Ya pasó el momento. ¿No se puede perseguir el instante? Una fotografía intenta plasmar esta vista, este intento de estremecer un brazo y tocar la eternidad.

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